Actualmente me centro en el trabajo con adultos y con adolescentes. La mejor forma de conectar es a través de la escucha activa y la empatía, para comprender a la persona a través de su historia vital y focalizar la terapia.
Trabajo con adultos de todas las edades.
- 70 € (primera visita)
-60 € (resto de sesiones)
Trabajo con pequeños desde los 11 hasta los 18 años.
- 70 € (primera visita)
- 60 € (resto de sesiones)
Tanto con adultos, como adolescentes.
- 70 € (primera visita)
- 60 € (resto de sesiones)
A lo largo de los años me hido especializando en la Terapia del Apego, el Trauma y la Disociación, un enfoque terapéutico que ayuda a sanar las heridas emocionales asociadas a los vínculos relacionales y las experiencias vitales negativas.
Entender que las experiencias tempranas de apego pueden afectar profundamente nuestras relaciones y nuestra salud mental en la vida adulta, es fundamental. Mi enfoque terapéutico está diseñado para que exploremos estas dinámicas, creando un espacio seguro donde puedas empezar a comprender y procesar tus emociones. A través de un acompañamiento profesional y empático, trabajaremos juntos en reconstruir tu confianza, mejorar la conexión emocional y facilitar tu camino hacia la sanación.
Si sientes que tus relaciones están marcadas por patrones de desconfianza o desconexión, la Terapia del Apego puede ser el primer paso hacia una vida más plena y significativa.
Una importante herramienta para trabajar el apego, el trauma y la disociación es la terapia EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimiento Ocular). Esta técnica permite a los pacientes procesar y superar experiencias difíciles que han quedado bloqueadas en la mente. Al integrar el movimiento ocular, se busca alterar la forma en la que se almacenan los recuerdos traumáticos, promoviendo una mayor integración y bienestar.
Las relaciones tempranas y las experiencias de apego pueden influir en cómo una persona enfrenta el trauma en la vida adulta. La terapia EMDR no solo se centra en el evento traumático, sino que también considera la historia de apego de la persona, lo que permite un trabajo más profundo y personalizado. Esto ayuda a entender los patrones relacionales que pueden perpetuar el sufrimiento emocional.
El enfoque personalizado en la terapia EMDR es clave para su efectividad. Cada paciente es único, por lo que adaptar el tratamiento a las necesidades específicas de cada uno puede suponer una diferencia significativa en los resultados. Al combinar técnicas de EMDR con un entendimiento profundo de la historia del paciente, se crea un espacio seguro donde se puede trabajar en la resolución del trauma y fomentar un desarrollo personal saludable.
Mi base formativa viene de la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC), conocida por ser una de las modalidades más efectivas dentro del campo de la psicología. Esta metodología se centra en la relación entre los pensamientos, las emociones y las conductas, promoviendo un entendimiento profundo de cómo estos elementos interactúan en la vida diaria de una persona. A través de la TCC, el objetivo es que aprendas a identificar y desafiar pensamientos intrusivos, lo que te permite adoptar una perspectiva más adaptada y realista ante diversas situaciones previamente consideras negativas.
Uno de los pilares fundamentales de la terapia cognitivo-conductual es la empatía y la comprensión por parte del terapeuta, generando un espacio de confianza y respeto que te permite explorar tus pensamientos y conductas sin temor al juicio. La TCC no solo se enfoca en la modificación del comportamiento, sino también en la transformación de la forma de pensar, lo que resulta en un cambio duradero y significativo en tu vida.
El éxito de la terapia cognitivo-conductual radica en su enfoque estructurado y en estrategias prácticas que se pueden aplicar en el día a día. Integrando estas herramientas con la auto-reflexión, podrás enfrentar desafíos futuros de manera más saludable y adaptativa.
Para completar mi enfoque terapéutico y tener la oportunidad de darte la mejor experiencia, me he abierto a la Terapia Integradora. Se basa en la adaptación de diferentes técnicas y enfoques terapéuticos para abordar las necesidades únicas de cada persona. Esta perspectiva integradora nos permite combinar métodos de la terapia cognitivo-conductual, la psicoterapia humanista y otras corrientes, promoviendo una intervención más holística y personalizada. Al reconocer que cada persona es distinta, la terapia integradora busca adaptar las diferentes estrategias terapéuticas a las particularidades de tus experiencias, emociones y contextos, facilitando así un proceso más efectivo y enriquecedor.
La práctica de la mindfulness en el contexto de la psicología se centra en el desarrollo de la atención plena, lo que permite a las personas estar más presentes en el momento actual. Esta técnica fomenta la relajación al reducir el estrés y la ansiedad, ya que te enseña a observar los pensamientos y emociones sin juzgarlos. Al incorporar ejercicios de respiración y meditación, el mindfulness ayuda a calmar la mente, promoviendo un estado de serenidad que beneficia tanto a la salud mental como física. Así, la atención se convierte en una herramienta poderosa para mejorar el bienestar emocional y la calidad de vida.
La terapia de aceptación y compromiso (ACT) es un enfoque terapéutico dentro de la psicología que busca ayudar a las personas a aceptar sus pensamientos y sentimientos, en lugar de luchar contra ellos. Esta técnica se basa en la idea de que la mayoría de los problemas psicológicos surgen de la lucha con emociones difíciles o pensamientos no deseados. A través de diversas estrategias, como la atención plena y la identificación de valores personales, la ACT fomenta el compromiso con acciones que reflejan esos valores, permitiendo a las personas vivir una vida más plena y significativa, aun cuando enfrenten dificultades emocionales.
El modelo PARCUVE en el contexto de la psicología aborda la compleja interrelación entre el trauma, la biología y el funcionamiento del cerebro, así como su impacto en los estilos de apego. Este modelo sugiere que las experiencias traumáticas, especialmente en la infancia, pueden alterar el desarrollo neurológico y afectar el sistema de apego de la persona. La biología del cerebro, incluyendo la liberación de hormonas del estrés y la formación de conexiones neuronales, juega un papel crucial en cómo las personas procesan y responden al trauma. El apego, por otro lado, se convierte en una herramienta fundamental a través de la cual los individuos navegan sus relaciones interpersonales, moldeando su capacidad para confiar y conectar emocionalmente. Entender estas dinámicas es esencial para la terapia y el tratamiento de traumas, con tal de conseguir un buen procesamiento, potenciando el bienestar.
© Marta Martínez Eixarch - Todos los derechos reservados
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